Qué podemos esperar del coronavirus en 2023 y cuáles son las "armas" que llegarán para combatirlo

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covid19vacunaTerminó el 2022 con el patógeno en expansión en el país y en el mundo. Qué posibilidades hay de padecer nuevas variantes y qué vacunas y medicamentos surgirán para combatirlas.
Más de 664 millones de infectados y casi 6,7 millones de muertos es el saldo hasta ayer, último día de 2022, del paso del coronavirus SARS-CoV-2 que produce la enfermedad COVID-19. Un recuento que nos explica que con 253.611 nuevas infecciones producidas ayer, la pandemia no terminó.
Pero si bien los contagios siguen siendo protagonistas de la novena ola en Europa y la sexta en Argentina, el fin de la pandemia estaría a la vuelta de la esquina. Es que la Organización Mundial de la Salud (OMS) dijo públicamente el miércoles 14 de diciembre que espera que el Covid-19 y la viruela del mono (Mpox) dejen de ser emergencias de salud pública en 2023, ya que ambas enfermedades pasaron su fase más peligrosa.
Tedros Adhanom Ghebreyesus, director de la OMS, informó que la cifra de muertes semanales por COVID-19 era en torno a una quinta parte de la registrada en 2021. "La semana pasada, menos de 10.000 personas murieron a causa del covid. Aún son 10.000 muertes de más y los países aún pueden hacer mucho para salvar vidas", dijo en conferencia de prensa. El referente de la OMS dijo: "Hemos recorrido un largo camino. Tenemos la esperanza de que en algún momento del año que viene seamos capaces de decir que el COVID-19 ya no es una emergencia de salud global".
Emergencia en Argentina
Mientras tanto, esta semana el Gobierno nacional amplió hasta el 31 de diciembre de 2023 la emergencia sanitaria que habilita al Estado a tomar medidas y reasignar fondos para contener los efectos de la COVID-19. La medida llevó la firma de todo el Gabinete Nacional y fue publicada el viernes en el Boletín Oficial. Es que el estado de alerta decretado en marzo del 2020 vencía este sábado 31 de diciembre.
El gobierno precisó que se registró un comportamiento inusual tanto en la estacionalidad y número de casos registrados de influenza como en la frecuencia y distribución de otros virus respiratorios, fundamentalmente metapneumovirus, virus sincicial respiratorio, parainfluenza y adenovirus. Del mismo modo, señalaron un "aumento del riesgo de enfermedades cardiovasculares y metabólicas" como consecuencia de los cambios alimentarios que provocó el confinamiento. "El aumento de peso y una reducción significativa de la actividad física requieren un esfuerzo adicional de los efectores del sistema de salud para recuperar el seguimiento y control periódico de los y las pacientes con tales patologías", indicaron.
Un 2022 dominado por Ómicron
El año 2022 estuvo marcado por la aparición de Ómicron a fines de 2021 y su propagación como variante dominante en todo el mundo gracias a sus 35 mutaciones que hacían de esta variantes del coronavirus la más contagiosa. Así, el año pasado, se notificaron a la OMS aproximadamente 360 millones de casos, más de la mitad de los casos de COVID-19 notificados desde el inicio de la pandemia y más que en los dos años anteriores juntos.
La tasa de positividad de las pruebas casi se triplicó en 2022 en comparación con los 2 primeros años de la pandemia juntos (20% frente a 7%), según datos aportados por la OMS. En 2022, se notificó la muerte por COVID-19 de aproximadamente 1,2 millones de personas. Actualmente se registran entre 8.000 y 10.000 muertes a la semana. Se trata de una reducción de las muertes en comparación con los años anteriores. Una de las principales causas es la ciencia. Las vacunas y tratamientos han ayudado a controlar la pandemia después de tres años.
En 2022 se administraron más de 4.000 millones de dosis de vacunas, lamentablemente menos de la mitad que en 2021. A finales de noviembre de 2022, alrededor del 80% de los trabajadores sanitarios y las personas mayores (60+) habían completado la vacunación primaria. Esto es digno de elogio, pero queda mucho por hacer. En 2023 todavía hay enormes disparidades en la vacunación. Sólo 1 de cada 5 personas en los países de renta baja ha sido vacunada.
El médico infectólogo Ricardo Teijeiro (MN 58065) sostuvo a Infobae que "no cabe ninguna duda que (la baja cobertura de refuerzos en Argentina y en el mundo) se debe a que la gente decidió no vacunarse. Al no haber casos y ser tan baja la circulación del virus, la gente consideró que ya no hacía falta -estimó el especialista del servicio de Infectología del Hospital Pirovano de la Ciudad de Buenos Aires-. Y en realidad es al revés: la vacunación es justamente para que no haya casos. Ahora lo que estamos viendo es que la gente sale nuevamente a vacunarse cuando se entera que empezamos a tener nuevos casos".
Y agregó: "La posibilidad del surgimiento de nuevas variantes siempre está, especialmente en la gente que no está vacunada o que no ha recibido refuerzos. Igualmente se trata de variantes mucho menos agresivas, con mucha posibilidad de contagio, pero que no impacta gravemente en la salud pública. Lógicamente que aparecen nuevas variantes, aparecen también nuevas vacunas, como la bivalente como la de Moderna que ya está en el mercado y que seguramente en 2023 ingresará a nuestro país. Que sea bivalente quiere decir que tiene incorporadas dos cepas. La del virus original de Wuhan y contra la variante Ómicron. Hay también nuevas vacunas que se están desarrollando para nuevas variantes, como así también combinadas contra otras enfermedades como virus de la gripe o virus sincicial respiratorio. Lo más importante para enfrentar esto es estar con el calendario actualizado de vacunas. Y evitar el contacto con personas con síntomas para evitar contagios. A las medidas sanitarias actuales en Argentina le falta más educación y prevención para que la gente se cuide más".
La doctora Cristina Freuler, médica infectóloga, jefa del Departamento de Medicina Interna del Hospital Alemán, destacó a Infobae: "Siempre que un virus circula, se reproduce y puede mutar. Así, pueden surgir nuevas variantes que pueden escapar a la inmunidad. Igualmente, al ser el mismo virus hay anticuerpos que lo van a cubrir de la misma manera. Las nuevas vacunas incluyen a la variante Ómicron. Sobre los tratamientos no hay muchas novedades. Y los biológicos son muy caros. Las medidas de cuidado son siempre las mismas".
Esta semana, el Gobierno nacional resaltó que la República Argentina enfrenta el desafío de continuar "jerarquizando y priorizando las actividades de vacunación regular", además de transitar el camino hacia un registro de dosis aplicadas para todas las vacunas del Calendario Nacional de Vacunación (CNV) durante 2023.
Consultada por Infobae, la médica infectóloga María Cecilia Niccodemi (MN 105624) señaló que "lo que se logró con las vacunas fue un real descenso en enfermedades graves y en la mortalidad de los pacientes". Y analizó: "El pico de casos en el país lo tuvimos en la tercera ola, en la que casi todos fueron casos leves, que no impactaron en el número de internaciones en terapia intensiva ni muertes, y eso fue debido a que teníamos altas tasas de vacunación".
El consenso de los especialistas siempre planteó que las vacunas disponibles autorizadas de emergencia no evitarían la enfermedad, sino que el fin de la campaña era evitar los casos graves, las complicaciones y muertes.
En ese sentido, la especialista del staff del Centro Médico Doctor Stamboulian y Sanatorio La Trinidad San Isidro, enfatizó: "En la tercera ola la gente siguió infectándose, pero tenía enfermedad leve, mientras que el pico de mortalidad en el país lo tuvimos en la segunda ola, en la que predominó la circulación de la variante Delta y las tasas de vacunación todavía eran bajas, con mucha gente que aún no había completado las dos dosis".
En la misma línea, el médico infectólogo Lautaro De Vedia (MN 70640) sostuvo que "la cobertura de vacunas es el elemento clave para frenar la circulación del virus". Y tras considerar que "mucha gente se mostró reticente a continuar con los refuerzos una vez recibida dos y hasta tres dosis", el especialista analizó que "esto en parte tiene que ver con que el país, en plena pandemia, en el tema de las vacunas empezaron a interferir otros factores no médicos, como los políticos, que desalentaron a las personas a seguir recibiendo dosis".
Con todo, para él, "hay que vacunarse, no hay alternativa". "De esto vamos a salir cuando estemos más vacunados, y además, cuando contemos con mejores vacunas como las que están preparándose para el año próximo, conjugadas, con distintas variantes -observó-. Porque no hay que olvidarse que las vacunas que hay disponibles en la actualidad no protegen contra las variantes circulantes, y por eso necesitamos buen nivel de anticuerpos y reforzarlas cada cierto tiempo".
En ese sentido, la ministra de Salud, Carla Vizzotti, dijo esta semana que desde el Gobierno están trabajando permanentemente con los laboratorios, con enmiendas a los contratos y con las presentaciones a la ANMAT, en la evaluación de toda la documentación sobre la inmunización de segunda generación (vacunas bivalentes) que llegarían al país en 2023. De todos modos aclaró que "la recomendación de todos los organismos internacionales y de las autoridades en Argentina es darse lo antes posible la vacuna que esté disponible". "El objetivo es utilizar todas las vacunas que tenemos en stock y luego, a medida que vayan ingresando, empezar a dar las otras", agregó.
"Todas las personas que pasaron más de 120 días de la última dosis, no importa el número de dosis ni el número de refuerzos, tienen que darse una dosis para poder estimular las defensas y trabajar en ese sentido para que, sabiendo que casos va a seguir habiendo, eso no se traduzca en hospitalizaciones y muertes sobre todo quienes tienen más riesgo", afirmó Vizzotti.
Vigilancia, secuenciación, acceso a vacunas y tratamientos
Los expertos analizan que es necesario hacer más para avanzar en la ciencia y reforzar la vigilancia epidemiológica del virus. "La vigilancia de la COVID-19 debería estar integrada en los sistemas de enfermedades respiratorias. Las pruebas y la secuenciación son fundamentales para comprender mejor la evolución del virus SARS-CoV-2, pero están disminuyendo en todo el mundo y no son representativas a nivel mundial ya que la mayoría de las secuencias proceden de países de ingresos altos", sostuvo la OMS esta semana.
La OMS y sus socios también siguen preocupados porque no disponemos de datos adecuados para evaluar de forma rápida, fiable y sólida las variantes del SARS-CoV-2 y porque la vigilancia en la interfaz entre humanos y animales es limitada, de donde podría proceder la próxima variante preocupante.A pesar de ello, el mundo se encuentra en una situación mucho mejor que nunca para poner fin a la emergencia mundial. Y enfatizó también que se "necesitamos comprender, invertir y planificar la carga que supone la afección post COVID-19, también llamada COVID-19 prolongado o long COVID, ya que sigue habiendo más preguntas que respuestas".
Nuevas vacunas bivalentes e inhalables
La nueva generación de vacunas que están preparando distintos laboratorios buscan frenar las variantes más actuales del coronavirus, inclusive con nuevas vías de administración. EEUU, Reino Unido, Canadá, Alemania y Taiwán ya aprobaron la aplicación de vacunas diseñadas específicamente para enfrentar los linajes de Ómicron. Las nuevas fórmulas bivalentes pertenecen a los laboratorios Pfizer y Moderna, que combinan la formulación original más otra específica contra una subvariante de Ómicron. En EEUU se decidieron por BA.5, hoy el sublinaje dominante en todo el mundo. En Alemania y Reino Unido optaron por BA.1, la primera versión de Ómicron.
Si bien las actuales vacunas generan una buena protección contra la hospitalización y la muerte por COVID-19, su eficacia para evitar contagiarse ha disminuido mucho a medida que el patógeno se ha ido perfeccionando para ser cada vez más infeccioso.
En diciembre, China autorizó el uso de la versión inhalable de la fórmula de Cansino, cuya versión inyectable de única dosis se utiliza en Argentina. Se trata de Convidecia Air que se aplica por nebulización, de manera que convierte el líquido de la vacuna en un aerosol que se inhala por boca. Se trata de aplicaciones como refuerzo al esquema doble original dado. El efecto de la vacuna inhalable es simular la infección del coronavirus para estimular la inmunidad de las mucosas respiratorias, logrando reducir la capacidad del virus en caso de infección y convirtiendo su aplicación en una vacuna esterilizante.
India aprobó recientemente una vacuna intranasal de la empresa Bharat, que también estimula la inmunidad de mucosas. Incluso Irán y Rusia ya aprobaron sus vacunas contra COVID inhalables, con su versión nasal de Sputnik V, aunque nunca publicaron los ensayos clínicos finales para demostrar la eficacia final, según advierten desde la revista Nature.
Vacuna argentina
Con el objetivo de que la vacuna argentina "ARVAC Cecilia Grierson" inicie los ensayos clínicos de Fase II/III, el Ministerio de Ciencia y Tecnología de la Nación le destinó esta semana un apoyo económico de 1100 millones de pesos. Según indicaron, esta etapa comenzaría durante el primer trimestre del próximo año, para que, finalmente, sea aprobada por la ANMAT durante 2023.
Es que esta vacuna bivalente, desarrollada íntegramente en la Argentina por científicos del CONICET, la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM) y el Laboratorio Pablo Cassará; avanza a paso firme. Ahora, la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (Agencia I+D+i) decidió destinar un apoyo económico para aumentar la solvencia del trabajo científico que llevarán adelante durante el próximo año.
"Durante la pandemia, Argentina tuvo que esperar a que los productores de vacunas abastecieran a los países en los que estaban instalados. Tener una plataforma propia para la región es muy importante para que eso no vuelva a ocurrir, en caso de que haya una nueva pandemia o que las variantes que circulen en nuestra región no sean las mismas que en el norte", había asegurado en diálogo con Infobae Juliana Cassataro, bióloga (UNSAM), doctora en Inmunología y líder del equipo UNSAM-CONICET. Arvac es una vacuna de proteínas recombinantes, tecnología utilizada en las inmunizaciones contra la hepatitis B y el virus de papiloma humano. Y una de sus grandes ventajas es que la fórmula puede almacenarse a temperatura de heladera durante un año.
"Ya presentaron los resultados de la fase 1, los cuales confirman que es segura. Además se comprobó que logra inhibir diferentes variantes del coronavirus. Ya se presentó la documentación para avanzar con la fase 2-3″, explicó Fernando Peirano, presidente de la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación. En la nueva fase se probará su eficacia como refuerzo en 2.000 a 3.000 voluntarios. El objetivo es que sea igual o superior a otras fórmulas ya disponibles. "No es habitual que vaya a esta velocidad y se logren tan buenos resultados. Las exigencia ya no parece estar en el tema científico, sino en los aspectos regulatorios y organizativos", comentó Peirano.
"En el área de desarrollo continuamos con la creación de una vacuna bivalente (que reunirá a las variantes Gamma y Ómicron BA4 y BA5) que va a incorporar dos antígenos, dos proteínas recombinantes", explicó a Infobae Juan Manuel Rodríguez, biólogo (UBA), y coordinador del área de I+D de biofármacos del Laboratorio y Fundación Pablo Cassará.
Fuente: Infobae.com