Si bien se habían anotado 1.001 equipos, finalmente, tras pasar el proceso de inscripción y depuración de datos, fueron 996 los que partieron en busca del surubí. Según la categoría y por una cuestión organizativa, hubo horarios diferenciados; fue así que a las 13.45 partieron los yates, y el público comenzó a levantarse levemente.
En tanto que a las 13.56 partieron las lanchas de 2 a 35 HP, que concursaban en la zona 3, desde el arroyo Guarapo hasta su finalización.
La costanera y el muelle de Prefectura Naval se colmaron de público que quería disfrutar de la gran largada, que inició a las 14.53, mientras que desde la isla Las Damas se lanzaron fuegos artificiales. Había diferentes embarcaciones con colorido creativo para saludar a los goyanos, también pescadores disfrazados, y se resaltó la presencia de varias con banderas de Uruguay. La lancha que dio el cierre del espectáculo pasó a las 15.15.
Bendición y memoria
Pasadas las 13, el obispo de la Diócesis de Goya, Adolfo Canecín, recorrió parte del riacho en una embarcación, acompañando una imagen de la Virgen de Itatí. Luego, desde el flotante de la costanera dirigió unas palabras al público y bendijo tanto a los pescadores como al agua.
En la oportunidad, manifestó que “cuando arrojaba la corona al río en memoria de los que se adelantaron a la casa del Padre (Dios), tanto los que lo hicieron en esta Fiesta” como en otras circunstancias, “rezaba y pedía por cada uno de ellos”, comenzó. Seguidamente, destacó que “Dios nos regaló un día radiante, con un sol hermoso, todo está preparado”, y como lo hace permanentemente desde que asumió como obispo, enfatizó: “Siempre me gusta decir que, cuando Dios y el hombre se ponen de acuerdo, ocurren maravillas, y Dios ya nos regaló un día hermoso, está ahora en los pescadores poner lo mejor, hacerlo con prudencia”.