Como daña la pirotecnia a personas con autismo y a los animales
En las fiestas de Navidad y Año Nuevo los fuegos artificiales y los petardos son una de las mayores diversiones para mucha gente. Pero no todos lo pasan bien. Las mascotas sufren especialmente con ellos, al igual que algunos niños pequeños que le tienen verdadero terror, y sobretodo los niños con autismo, a menudo olvidados, y que sufren horrores con la pirotecnia.
Niños con autismo
Una de las principales características de estos niños es que padecen un desorden del procesamiento sensorial, tienen los sentidos exacerbados, y especialmente el oído, percibiendo los ruidos de manera aumentada. Son hipersensibles a los sonidos y a las luces, por lo que los espectáculos de fuegos artificiales se convierten en una auténtica tortura para ellos.
Los estruendos provocados por los fuegos artificiales y los petardos les genera un alto nivel de ansiedad y estrés, incluso pueden causarles crisis, episodios en los que se ponen muy tensos, lloran, gritan, se tapan los oídos desesperadamente y en algunos casos pueden llegar a autolesionarse o presentar convulsiones.
Animales, principalmente perros y gatos
La pirotecnia ruidosa como bombas de estruendo causan aumento de ansiedad, pánico y desorientación tanto en perros como en gatos debido a que ambos tienen más desarrollados la audición que los humanos.
Durante el momento que se escuchen los fuegos artificiales, es importante que los dueños de las mascotas no los dejen al aire libre o en balcones sin protección, ya que pueden huir por miedo. Tampoco se debe tener atadas a las mascotas, dado que eso puede generarles mayor ansiedad y estrés. Otro consejo útil es distraerlos con alimentos y juegos para que no se den cuenta de lo que está sucediendo afuera y puedan concentrarse en algo que realmente les genere placer.