Día de Todos Los Santos. Qué se celebra y cuáles son las tradiciones
Este 1° de noviembre se recuerda a los familiares y seres queridos fallecidos. Las formas de homenajearlos varían de acuerdo a los distintos países. Cómo eran las ceremonias en Argentina hasta que la última dictadura militar anuló el feriado. Las “disputas” con Halloween
El Día de Todos los Santos se festeja anualmente y desde el año 835 su objetivo es ofrecer un homenaje que atraviese todas las religiones. La fecha fue establecida por el papa Gregorio IV, luego de que Gregorio III consagrará una Basílica en la capilla de San Pedro en el Vaticano en honor a Todos los Santos.
Normalmente se asiste al cementerio donde fueron enterrados o se prende una vela para recordarlos, aunque cada país tiene formas particulares de hacerlo. En algunos organizan festejos, arman bailes y preparan comidas típicas alrededor de las tumbas.
Entre los primeros cristianos se acostumbraba a celebrar el aniversario de la muerte de un mártir en el lugar donde había sucedido. Las persecuciones contra los cristianos eran muchas y cada emperador romano acrecentaba el número de víctimas y la crueldad de los castigos. Entonces, la Iglesia consideró que cada mártir debía ser venerado y comenzó a pensar en un día en común para todos.
El 1 de noviembre, fue la fecha elegida para celebrar este día debido a que tiene la coincidencia con la celebración pagana del “Samhain” o el Año Nuevo Celta, que hoy en día se le conoce popularmente como Halloween o Noche de Brujas.
Antecedentes de la celebración
Los primeros rastros de esta celebración se encuentran en el siglo IV en Antioquía, en el domingo después de Pentecostés. Entre los siglos VIII y IX, la fiesta comenzó a difundirse en Europa, y en Roma específicamente en el IX. Allí fue el Papa Gregorio III quien eligió la fecha del 1 de noviembre para coincidir con la consagración de una capilla en San Pedro dedicada a las reliquias “de los Santos Apóstoles y de todos los santos mártires y confesores, y de todos los justos hechos perfectos que descansan en paz en todo el mundo”. Mientras que en la época de Carlomagno esta fiesta ya era ampliamente conocida y celebrada.
“No pensemos solo en los ya beatificados o canonizados. El Espíritu Santo derrama santidad por todas partes, en el santo pueblo fiel de Dios, porque fue voluntad de Dios el santificar y salvar a los hombres, no aisladamente, sin conexión alguna de unos con otros, sino constituyendo un pueblo, que le confesara en verdad y le sirviera santamente”, señaló el Papa Francisco al referirse a esta celebración.
Aunque la festividad de todos los santos y la conmemoración de todos los difuntos de los cristianos comenzó a desplazar la festividad de “Samhain”, no lo hizo del todo. Quedó muy viva en la nación celta, y en la víspera del día de la fiesta de todos los santos, sobre todo en la región de habla inglesa, se festejó como “All Hallows ‘evening”. El vocablo se contrajo a “Halloween”, una celebración muy popular que se volvió sobre todo comercial.
Actualmente, en Argentina y otros países de Latinoamérica se acostumbra ir a visitar las tumbas de los antepasados. En México, incluso, se realiza un picnic alrededor de la tumba. Los concurrentes se colocan máscaras, cintas de colores y hasta se cocinan comida típica ese día.
En Estados Unidos y otros países, en tanto, la fecha se diluyó con Halloween, que a su vez es la interpretación moderna de una festividad pagana en la que las fronteras del mundo físico y el mundo espiritual se abren, permitiendo la comunicación entre vivos y muertos.
El 1 de noviembre quedó instaurado como un día para recordar a los familiares y seres queridos difuntos. Muchos lo conciben como una oportunidad para transmitir a las generaciones más jóvenes el legado familiar, hacerle saber de dónde provienen, qué cosas hicieron sus antepasados y cómo honrarlas.
La fiesta de Todos los Santos celebra y recuerda a todas aquellas personas que, aunque no están canonizadas oficialmente por la Iglesia, damos de hecho que gozan de la presencia de Dios y participan -según la doctrina católica- de una unión entre los vivos y los muertos por medio de una comunión que alcanza un grado de espiritualidad a través de la oración.
El camino a la santidad
Los santos eran proclamados a viva voz por la asamblea y al comienzo de la Iglesia la santidad era otorgada solo por el martirio. No obstante, debía investigarse mediante un examen riguroso todas las circunstancias que habían acompañado su sacrificio, el carácter de su fe y los motivos que las habían animado.
Recién en 1588 el papa Sixto V ideó un proceso jurídico con investigaciones sobre la fama de santidad, las vivencias de las virtudes en grado de heroicidad por parte de los candidatos y ese proceso fue puesto en manos de la “sagrada congregación de ritos”
En 1969 el papa Pablo VI creará la Congregación para la causa de los santos (entiéndase el término “congregación” equiparable a “ministerio” en un gobierno) y las normas de la congregación fueron reformadas en 1983, bajo el pontificado del papa Juan Pablo II con la constitución apostólica “divinus perfectionis magister”.
En la Argentina, el día de los santos era feriado nacional y las multitudes se agolpaban para visitar las tumbas de sus seres queridos. La dictadura quitó el feriado y quiso borrar toda memoria de esta conmemoración. No obstante, la gente seguía concurriendo a los cementerios.
De todas maneras, este día se vive de diferente forma en la región del noroeste que en el litoral, el centro o el sur. En los pueblos y ciudades de las provincias, este día sigue siendo muy respetado y recordado. Las personas concurren a los cementerios a visitar a sus seres queridos, llevar flores, arreglar sus tumbas y solicitar oraciones en las misas por ellos.