ACV, cómo se maneja la atención del accidente cerebro vascular
Es la tercera causa de muerte en nuestro país. La OMS advierte sobre factores de riesgo como la hipertensión, la diabetes, el trastorno de los lípidos y la obesidad.
Argentina tiene pocos estudios epidemiológicos sobre ACV, pero fundamentalmente los dos más importantes publicados hasta el momento son:
- El Estudio de Tandil (estudio Prevista) en el cual se habla de una incidencia del de 76,5 de accidente cerebro vascular por cada 100 mil habitantes.
- Otro del doctor Mario Melcon, que habla de una prevalencia de 478 por 100 mil, cuando uno lo ajusta a la población del Censo de nuestro país.
Lo que sabemos es que en la Argentina lo que predominan son los eventos isquémicos, un coágulo que bloquea un vaso sanguíneo en el cerebro. Representan aproximadamente (y según diversas series) entre el 85 y el 87 por ciento. Por otro lado, entre un 13 y un 15 por ciento (también en diversas series), son de tipo hemorrágico, es decir causados por la ruptura de un vaso sanguíneo cerebral.
Si uno mira el global de nuestro país, el accidente cerebro vascular, en promedio, es la tercera causa de muerte. Pero sigue siendo una causa muy importante de discapacidad en nuestro medio. La Argentina, al igual que el resto de la región de América Latina, está pasando por una transición demográfica, con una población cada vez más está envejecida, con bajas tasas de natalidad y fecundidad, y con un aumento progresivo de la prevalencia de enfermedades crónicas no transmisibles como la hipertensión, la diabetes, el trastorno de los lípidos y la obesidad.
Esto hace que la OMS considere que la región va a afrontar una epidemia de enfermedad vascular, dentro de la cual se incluye el accidente vascular. Además advierte sobre la probabilidad de que sea la causa principal de mortalidad en la región en los próximos años.
¿Qué pasa en nuestro país con el ACV?
El problema que tenemos es que el sistema de salud está bastante fragmentado. Por un lado está el ámbito del sistema público, que es el que da cobertura a la mayor parte de la población; por otro, el sistema de la seguridad social, en el que encuentran las obras sociales; también existen entes nacionales que cubren la salud, como por ejemplo el PAMI. Además, hay algunas áreas de salud estatales, que se manejan en forma independiente, como la correspondiente al poder judicial; y finalmente la medicina prepaga que, si bien es cierto que es la que dispone de mayor nivel de recursos, es la que cubre al menor porcentaje de pacientes.
Esto torna difícil hacer lo que se ha hecho en otras partes del mundo, como en EE.UU. y en Europa, que es tratar de regionalizar la atención de estos enfermos. Cuando las personas presentan algún síntoma correspondiente a este cuadro -una asimetría facial, debilidad en una parte del cuerpo, trastornos para hablar, un cuadro de inestabilidad súbita- y hay una sospecha de que pueda estar cursando un accidente cerebro vascular, muchas veces la derivación al lugar más cercano y que tenga la capacidad para atenderlo resulta complicada.
Es importante tratar de mejorar esto en nuestro medio, porque si bien es cierto que la mortalidad por ACV ha retrocedido, el tema de la discapacidad no.
En este sentido, en nuestro país se están llevando adelante algunos emprendimientos como por ejemplo en Tucumán donde, a través del Ministerio de Salud, se desarrolló un programa de accidente cerebro vascular que fundamentalmente centralizó la atención en el Hospital Padilla, y que también incorporó al sistema privado dentro de la atención.
Lo mismo se está tratando de hacer en Neuquén y en CABA. En este caso la importancia radica en que, además de ser uno de los distritos más poblados con más de 2.8 millones de habitantes, a la vez tiene entre 3 y 4 millones de personas que viven en el primero o segundo cordón del Gran Buenos Aires y que circulan por la Ciudad por su actividad laboral, estudio o esparcimiento, y que están expuestos a tener un accidente cerebro vascular durante el período en que desarrollan su actividad en CABA.
Desde la Legislatura porteña, se está trabajando para tratar de implementar una ley que establezca una red de atención que involucre a los distintos niveles de cobertura, tener protocolos de atención estandarizados.
Mucho de esto se ha logrado a partir del consenso multisocietario realizado por nueve sociedades médicas relacionadas con la atención del accidente cerebro vascular: La Sociedad Argentina de Neurología, la de Medicina, la de Terapia Intensiva, de Cardiología, de Radiología, de Neurología, de Neuroradiología Intervencionista, de Gerontogeriatría y de Emergentología. A partir de ese consenso se elaboró una guía de manejo único que es un instrumento importante y adaptado a nuestro medio para protocolizar la atención de estos pacientes.
Confiamos en que probablemente tengamos éxito en la Ciudad de Buenos para reorganizar la atención inmediata del ACV.
(*) La doctora María Cristina Zurrú (MN 81247) es Jefa de La Sección De Enfermedad Cerebrovascular. Hospital Italiano De Buenos Aires. También es Coordinadora del Programa PROTEGE- ACV. Hospital Italiano De Buenos Aires y Coordinadora del Curso de Certificación en Neurología de la Sociedad Neurológica Argentina. Miembro del Grupo de Neurointensivismo (experto en Enfermedad Cerebrovascular) Sociedad Argentina de Terapia Intensiva.
FUENTE: TN.com.ar