Destacada Nota sobre el Escritor Ituzaingueño Don Miguel Raúl López Breard a quien denominan el "Folclorólogo de Ituzaingó"
En una nota publicada el viernes 10 de en el Diario Época de la Capital Correntina se destaca la trayectoria del reconocido escritor ituzaingueño don Miguel Raúl López Breard. Compatimos con ustedes la nota completa.
Algunas reflexiones sobre el proceso historiográfico correntino. II.
Miguel López Bréard. El Folclorólogo de Ituzaingó.
Aunque en este caso nos comprenden las generales de la ley, como amigos y admiradores del biografiado, estamos obligados a referirnos, lo más objetivamente que nos sea posible, al Historiador de Ituzaingó, el profesor Miguel Raúl López Bréard, uno de los conocedores más profundos de ese ingrediente raigal de la correntinidad que es nuestro folclore, ese riquísimo plexo cultural donde todo lo que somos y sentimos se mixtura: el idioma en todas sus vertientes, hablemos de guaraní, jopará o castellano, las comidas, la música, los personajes característicos, los mitos, las leyendas... Pero entremos en tema, que el espacio disponible nos estrecha.
Nace en Ituzaingó en el año 1938. Docente de larga trayectoria en su localidad, alcanza la celebridad en su medio al punto de ostentar, ya en vida, su nombre en una Biblioteca y ser considerado un referente cultural por antonomasia. Es sobrino y ahijado del famoso “Gato Moro”. Militante del radicalismo, alcanza la jerarquía de legislador provincial. También fue Secretario de Cultura de la comuna ituzaingueña.
Avezado costumbrista, incursiona a través de un pulido método autodidacta, en el Folclore y la Historia. Su estilo, claro, conciso y concreto, torna agradable y hace amena la lectura de sus obras. Desde 1961 participa del Ateneo Nacional del Folclore de Cosquín, que lo designo jurado de diversos eventos. Actualmente lleva adelante investigaciones folclóricas en la región guaranítica, junto con figuras del Paraguay, Brasil y Bolivia. Integra además el grupo literario internacional de Chololo, en el Paraguay.
Con una bien ganada fama de experimentado guaraní parlante, - publica incluso un diccionario al respecto -, sus trabajos folclóricos, son entre otros: Relatos de Fogón, Devocionario Guaraní, Añudando Lonjas, Cantares de la Tradición Guaraní, Casos del paisanaje, Mitos Guaraníes, Sucedidos, El Ñé Enga. Refranes, Adagios, Máximas, Sentencias y Dichos célebres en el área guaranítica, Folclore Infantil, Cuentos de Correntinos, Diccionario Folclórico Guaranítico, etc.
Amenísimo orador, salpimenta su discurso con anécdotas y chascarrillos. Es sumamente popular y muy hospitalario. Es destacado miembro de honor de la Junta de Historia de la Provincia de Corrientes y Miembro de la Academia Nacional del Folclore.
Su obra histórica, se centra en su ciudad: Historia de Ituzaingó (1964), Ituzaingó. Un acercamiento a su pasado (2001), El histórico paraje Rincón de Santa María (2002).
Su trabajo histórico capital, Ituzaingó. Un acercamiento a su pasado, como sucede con Cassani y Cafferata Soto, es una imprescindible obra de consulta, modélica llegada la hora de adentrarse en el pasado de una localidad.
Según él mismo informa en Dos palabras, al comienzo de la obra, su publicación de 1964 sobre la Historia de la localidad, está asociada temporalmente al centenario de la fundación. Recopiló así un conjunto de antecedentes históricos y documentos sobre el archivo de la municipalidad, la Iglesia y otras reparticiones públicas, complementados con la lectura de los historiadores correntinos y papeles del Archivo, del cual le abriera las puertas el “...insigne Don Federico Palma”.
Con esos elementos de juicio, e investigaciones posteriores, en las que descollaron las entrevistas, los testimonios orales, la compulsa de archivos privados y también repositorios paraguayos y españoles, en un lapso de treinta y cinco años desarrolló lo que denomina como un largo camino, “…seguramente…no terminado”.
La obra se divide en diez y siete capítulos, de los cuales los nueve primeros tratan el proceso histórico previo a la fundación de la localidad, el 24 de febrero de 1864.
Así, el primero se centra en el “Descubrimiento y Exploración de la Región” y lo siguen “El Hombre del lugar”, - extensa caracterización de los pobladores precolombinos -, “La conquista española”, - que obviamente versa sobre la fundación de Corrientes -, “La conquista evangélica: Los Jesuítas”, descripción del aporte teatino a la conformación regional -, “Los estudiosos de la región”, - corta referencia a Félix de Azara y Gonzalo de Doblas, y sus trabajos zonales de fines del siglo XVIII -, “Don Santiago Liniers y Bremond”, - donde reseña el interés de éste por la isla Apipé -, “1810 la idea de la independencia en estos parajes. Expedición al Paraguay del General Manuel Belgrano”– capítulo que reseña el paso del prócer por San Gerónimo y Caraguatá, y la dureza de las condiciones meteorológicas que le toca enfrentar en esa zona -, el “Proceso de definición nacional”, - donde engloba el artiguismo, la república entrerriana, y las agresiones paraguayas en época de Gaspar Rodríguez de Francia y Carlos Antonio López -, y “Las vivencias de entonces”, que es un capítulo costumbrista referido a la época.
En estos capítulos, López Bréard rescata la importancia de la Tranquera de Loreto y la isla Apipé como lugares de paso obligado para el tráfico comercial del Alto Paraná, desde mucho antes que se fundara la localidad.
El historiador utiliza las notas al pie para dar cumplida cuenta del significado de los vocablos guaraníes – idioma que él domina -, y ampliar las referencias sobre lugares geográficos y hechos históricos locales poco conocidos. Los ocho capítulos restantes, tratan de la “Creación del pueblo de Ituzaingó 24 de febrero de 1864”, - parte del origen del nombre, la compra del terreno y mensura, y algunos de los primeros pobladores -, “La Guerra con el Paraguay”, - que convierte a la Tranquera de Loreto una vez más en terreno llave, y durante la cual los paraguayos destruyen hasta el último mojón la mensura hecha unos meses antes -, la “Segunda Mensura. Se inicia la población”, - capítulo que da cuenta del hecho a través de facsímiles de documentos, e imágenes humanas y numismáticas -, “Creación del Departamento de Ituzaingó”, - con notas de solicitud, listados de solicitantes, transcripción de proyectos de leyes, leyes, decretos, movimientos comunales, aparición del primer medio de prensa, notas, denuncias, facsímiles de documentos e imágenes, “Construcción de la Iglesia”, - acontecimiento del año 1879 que reseña a través de las distintas notas, resoluciones, comunicaciones, decretos y presupuestos de la obra, acompañando facsímiles, imágenes, croquis y planos del templo -, “Organización de la comunidad de Ituzaingó”, - reseña del proceso histórico de fijación de los límites departamentales, de la distribución de los solares, y listados catastrales de beneficiarios con lotes de terreno, especificando números de manzanas y solares. También facsímiles de documentos, e imágenes de la época -, y llega así a la “Tercera mensura del pueblo de Ituzaingó”, - ya en 1890, que es el capítulo más extenso y de contenido más abigarrado de la obra.
López Bréard trata en él, incidentes durante las luchas civiles, con el desembarco y toma del pueblo por revolucionarios autonomistas que, fracasada una intentona revolucionaria, se batían en retirada hacia el Paraguay. También transcribe un “compuesto” o forma tradicional de versificación correntina en cuartetas, alusivo a la muerte de uno de los liberales que defienden la localidad, datos topográficos y geológicos de la zona redactados por el célebre agrimensor Zacarías Sánchez, un listado de los pobladores más antiguos, referencias de la primera escuela y la Iglesia; una suerte de guía administrativa, económica y comercial, nuevos incidentes armados en 1907 entre autonomistas y liberales, más “compuestos” alusivos y un cúmulo de incidentes públicos y privados, entremezclados pero desgranándose cronológicamente hasta el año 1949.
Ofrece asimismo una serie de cuadros de los años 1933 – 1934 con datos de población, padrón electoral, ganadería, frutales, una guía de autoridades, comercios y productores. Finalmente, gran número de imágenes y facsímiles del período.
El último capítulo “Conmemoración del Primer Centenario de la Fundación”, hace referencia a 1950 y las conmemoraciones del “Año Santo” y “Año del Libertador General San Martín”, y a la muerte en 1951 de Ernesto Ezquer Zelaya, familiar y padrino suyo de gran nombradía local. También hace referencia a las peculiaridades de la vida pueblerina de Ituzaingó en aquella década, y los avances de entonces, con cima en la firma, en 1958, del acuerdo Frondizi – Stroessner para la erección de la represa de Apipé – Yacyretá. El capítulo remata con la creación de la escuela secundaria – obra suya como funcionario de la Inspección General de Enseñanza Media provincial -, y los festejos del Centenario, en agosto de 1964, de los que transcribe completo el programa de actos, comentándolo.
Como es obvio, esta obra del Historiador ituzaingueño es libro de texto en las escuelas de su ciudad y manual de consulta de los operadores turísticos.