Adiós al Frente para la Victoria o el dolor de ya no ser y sepultar una marca “taquillera”
Hace escasos meses era impensado, incluso para los acérrimos enemigos políticos del otrora glorioso Frente para la Victoria, que se diera una verdadera desaparición del FpV que, en sus momentos de esplendor, elevaba a la cúspide de dioses del olimpo argentino a Néstor y Cristina. Impensado pero, en su paradoja, prácticamente lo sepultaron en el mismo lugar donde nació: Corrientes.
Seguramente escasos memoriosos recordarán a los extintos Hugo Perié y Néstor Carlos Kirchner, cuando en los ocasos del gobierno de la coalición correntina (albores de los 2000), ‘el Tury’ se animó a organizar en el salón de actos del Hospital Escuela, la primera presentación en sociedad de quien pocos meses después fuera presidente argentino, dejando en el camino al ya impopular Carlos Menem, quien prefirió quedarse “con el pueblo” contra el 22% de voluntades que había cosechado Kirchner en su primera gran elección.
Muchos años después, más de una ‘década ganada’; a más de 3.000 kilómetros de donde hoy custodia el legado kirchnerista la Presidenta (mandato cumplido), Cristina Fernández; es Corrientes nuevamente la que le da un golpe de gracia al vapuleado Frente para la Victoria y, a la postre, a cargo de dos de sus máximos exponentes que se vanagloriaron de la sigla ‘FPV’ y los dedos en “V” para llegar a esferas de poder, por caso –coincidentemente- a la Intendencia de la Capital Correntina; se encargaron de sepultar, sin ninguna ceremonia al Frente para la Victoria. A saber Carlos Mauricio Espínola y Roberto Fabián Ríos. El primero poniendo la frutilla del postre exigiendo, desde hace mucho, la jubilación política de la mandataria más famosa.
Camau Espínola, ex Scioli, ex Cristina; junto con “el ingeniero”, aparecieron como por arte de magia en un comienzo de semana, con una nueva fórmula mágica: “Haciendo Corrientes”, para competir en las próximas elecciones. Sepultando al Frente Kirchnerista e incluso al propio justicialismo correntino, poniéndolos bajo la suela de sus zapatos, para intentar despegarse de un sello que incomoda ante gran parte de la sociedad. Un sello que en su momento fue “taquillero”, entiéndase bien en términos políticos y electorales, porque en el otro sentido taquillero, con supuestos desvíos de dineros públicos, seguramente lo determinará la justicia. Aunque para ello deba pasar mucho tiempo administrativo.
En un apartado de esta llamativa situación, en su despedida del Frente para la Victoria, La Cámpora y todo lo que tenga olor a kirchnerismo, Espínola brindará explicaciones de algunas situaciones que se intentan dilucidar desde la justicia. Como el jugoso ‘Expediente Lesieux’ (la sospechada intendente de Perugorría) que lo vinculan con dineros públicos nacionales, que tenían un supuesto destino de obra pública, algo jamás concretado; para solventar la primera campaña de Camau como candidato a gobernador.
Capaz, Carlos Mauricio Espínola tendrá el mismo “coraje”, como él mismo lo desafío, al mejor estilo de sus campañas olímpicas, donde salía airoso luciendo medallas al mérito deportivo, “para luchar contra el narcotráfico”, tal cual vociferó. Para asumir ese mismo “coraje” y aclarar sobre su sociedad política con el detenido jefe comunal de Itatí, Roger Natividad Terán. Un autodenominado “perejil” de la mega causa Itatí, pero a quien los servicios de inteligencia lo tienen perfectamente estudiado.
Los curiosos de la política aseguran que la próxima reunión del kirchnerismo residual, o en alguna movida de los jóvenes de La Cámpora y aún entre los simpatizantes de la creadora de la frase para “todos y todas”, que están por fuera de cualquier estructura política; los cánticos de repudio tendrán dos claros destinatarios.
Claro está, además, que hoy existe un solo y único ganador, por anticipado, en las filas de lo que se dice “peronismo correntino”: José Rodolfo ‘Confucio’ Martínez Llano, quien logró imponer sus garras sobre la endeble figura política de quien será su candidato a gobernador, ahora con la etiqueta de ‘Haciendo Corrientes’; a la postre considerado el autor intelectual de la estrategia que le deparó los peores años electorales al justicialismo de esta provincia.