Con cuatro puentes sobre la Ruta 12 y un túnel quieren agilizar el desagote de 600 mil hectáreas
Habilitarían mañana el Bailey en el Iribú Cuá, donde en un mes o 45 días comenzarán a realizar un nuevo viaducto. Luego, idéntica obra ejecutarán en la zona del Santa María y el Baí. Provincia, además, pedirá otro sobre el Santa Lucía. En paralelo, ejecutarán nuevos trabajos en canales.
En Casa de Gobierno, ayer, el titular de la Dirección de Vialidad Nacional, Javier Iguacel; la gerente regional del citado organismo, Ingrid Jetter y el ministro de la Producción, Jorge Vara, brindaron una conferencia de prensa en la que dieron detalles de las obras que ejecutarán para facilitar el escurrimiento de las aguas de miles de hectáreas que están en la cuenca del Riachuelo y parte de Empedrado. Puentes, canales y hasta un túnel liner son parte de los trabajos que estarían concluidos antes de que finalice el 2018.
Los citados funcionarios, tal como informó El Litoral, además de referirse al proyecto del segundo puente interprovincial y otros relacionados con la Capital correntina, se refirieron a los que se ejecutarán en diferentes tramos de la Ruta Nacional 12. En este marco, Iguacel recordó que tiempo atrás se rubricó un acuerdo entre el presidente Macri, el gobernador y varios funcionarios, a través del cual se comprometieron a avanzar, entre otros puntos, “resolver un problema histórico en la cuenca de Riachuelo y Empedrado”, para que el agua tenga un desagüe mucho más fluido -en unas 600 mil hectáreas- y no se inunde.
Objetivo que explicó se concretará si sobre la Ruta 12, donde ahora hay grandes alcantarillas, se construyen puentes que tengan “entre 30 y 60 metros de luz”.
Pero antes de avanzar con ese plan, proyectan habilitar el paso sobre el arroyo Iribú Cuá.
“Las obras están avanzandas porque el Bailey ya se terminó de armar. Ahora, sólo resta colocar unos metros de piso, terminar los accesos y la señalización vertical. Si no se registran nuevas precipitaciones abundantes, el tránsito se habilitaría el miércoles (mañana)”, afirmaron desde Vialidad Nacional a El Litoral.
Siguiente paso
Una vez que eso se concrete, Iguacel instalará otro puente paralelo en la zona. “Esto permitirá desviar el tránsito”, indicaron porque -según estimó Iguacel- en 30 o 45 días comenzarían con la construcción de un puente en el Iribú Cuá. “Hasta ahora sólo era una alcantarilla grande”, recordaron.
La ejecución de la citada obra “demandará entre tres o cuatro meses”, afirmó el titular de Vialidad Nacional.
Una vez habilitado ese puente, se avanzaría en la ejecución de los otros dos. “Se definirá luego cuál será. En el caso del Santa María no sería necesario interrumpir el tránsito, porque se debe hacer un nuevo terraplén ya que el puente no pasará por la actual traza, sino a unos metros de allí”, explicó. Al mismo tiempo, agregó que “en el Baí sí habrá que colocar los Baileys”. Cada uno de los viaductos mencionados, Iguacel señaló que demandaría unos cinco meses de trabajo. Por eso, aclaró que todo el plan conjunto entre Nación y Provincia estaría concluido para fines del 2018.
Cuarto
La documentación sobre los tres puentes citados ya fueron entregados ayer, aseveró Vara a El Litoral. Asimismo, añadió “pero también dialogamos con Iguacel y Jetter sobre la necesidad de un cuarto, a la altura del Santa Lucía. De acuerdo con lo que manifestaron, podría ser viable. El lunes les mandaremos los papeles y confiamos en que esa obra también será avalada”.
Seguidamente, el ministro destacó que la construcción de los cuatro puentes permitirá que la Provincia amplíe una serie de canales que contribuirán a facilitar el desagote de las aguas. “Ahora no tiene sentido hacer esas obras. Una vez que contemos con esas estructuras sí. Son obras que se complementan entre si”.
Liner
Otra de las obras contempladas es un túnel liner, cerca del paraje La Palmira. Trabajo que no demandaría más de 15 días, pero que comenzará a ejecutarse una vez que concluya el que está programado en la capital correntina.
Una vez que estén ejecutadas cada una de las obras, se facilitará el escurrimiento del agua que evitará anegamientos prolongados tal como sucede ahora.