Imponente manifestación de fe en la celebración de la Cruz de los Milagros

cruzdelosmilagrosCon multitudinaria participación, se celebró hoy el 428º aniversario del Milagro de la Cruz, acaecido un 3 de mayo de 1588, acontecimiento relevante para la comunidad católica correntina, ya que, según cuenta la historia, se trata del madero instalado en la zona de Arazaty que no pudo ser quemado por las hogueras de los aborígenes.
Como cada año, hoy la manifestación de fe de los numerosos fieles ganó la espléndida tarde, abrazando a los peregrinos provenientes de las distintas capillas, iglesias, parroquias, tanto de Capital como de algunos puntos cercanos del interior.
Los festejos contaron la participación de autoridades provinciales y comunales y su punto culminante fue la procesión con las imágenes de los distintos santos que se suman a este acontecimiento y del madero que dio origen al milagro, que recorrieron las calles Buenos Aires. 25 de Mayo, Salta, hasta finalizar en la Iglesia La Cruz.
Allí, el arzobispo de la Arquidiócesis de Corrientes, monseñor Andrés Stanovnik, ofició la Santa Misa con la asistencia de fieles y numerosas delegaciones de instituciones educativas. Este año el lema fue: “Contemplando el madero de la Cruz, redescubrimos nuestra fe en Jesús”, para una eucaristía que fue seguida con notable fervor religioso por una multitud de correntinos.
El gobierno provincial acompañó la celebración con la presencia de los ministros Horacio Ortega (Seguridad), Aníbal Godoy (Obras Públicas) y Susana Benítez (Educación), al igual que los subsecretarios Emilio Lanari (Salud Pública), Marcelo Rivas Piasentini (Hacienda y Finanzas) y Jorge Benitez Sívori (Seguridad Ciudadana), además de legisladores provinciales y representantes de las fuerzas de seguridad.
Para la cristiandad, la cruz resume la fe en Jesucristo, por lo que implica no solo el sufrimiento y el dolor sino que también la resurrección gloriosa, la esperanza en la vida. La historia señala que el adelantado Juan Torres de Vera y Aragón exploró la región llamada "de las siete corrientes", con intención de poblar la comarca. El 3 de abril de 1588 fundó la ciudad de Vera, actual ciudad de Corrientes, en la barranca inmediata del río Paraná.
Cerca del fuerte levantó una cruz de madera, como expresión de la fe que inspiraba sus propósitos. El paraje fue atacado e incendiado por aborígenes, salvándose del siniestro la cruz, luego llamada “del Milagro". En el año 1730 la cruz fue trasladada desde la precaria ermita que la resguardaba a la primera iglesia, construida en 1720, que se llamó “Santuario de la Cruz del Milagro”.
A principios del siglo XVIII se levantó la primera iglesia destinada a guardar “la cruz de los Milagros” que los conquistadores habían levantado en “Punta Arazaty” como símbolo de la ciudad a fundarse. Fue reedificada en 1808, en 1845, en 1897, y finalmente, en 1939, el gobierno provincial correntino colocó la piedra fundamental de la quinta construcción, que es la actual, situada en el casco histórico de la ciudad, frente a la plaza de la Cruz.
De estilo ecléctico, el templo conserva en su altar mayor el santo madero, que data de la fundación de la ciudad de Corrientes y que recientemente fue restaurada por la< actual gestión provincial de gobierno.-
La Cruz de los Milagros tiene el mismo valor que cualquier cruz. En efecto la cruz es el símbolo que resume la fe en Jesucristo, Hijo de Dios, verdadero Dios y verdadero hombre, quien da su vida por nosotros y resucita de entre los muertos. La cruz simboliza no solamente el sufrimiento y el dolor sino también la Vida y la Resurrección; razón por la cual se exhiben cruces en las casas; y el porqué de las cruces en los cementerios: por la esperanza de vida nueva, de resurrección.
La Cruz de los Milagros, además es una reliquia: se trata del madero bajo cuya sombra nace y crece la ciudad de Corrientes; por lo que merece cuidado y respeto de todos los correntinos.
Se la llama cruz fundacional porque se trataría de la cruz plantada en el lugar de la fundación de la ciudad. Es fundacional en cuanto inspira un sentir común y en cuanto simboliza la primera evangelización, junto con la Virgen de Itatí.

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